¿Me entiendes o me explico?
Te has sentido alguna vez agredido verbalmente por tu compañero de trabajo? crees que va demasiado rápido y que no te da tiempo a reflexionar sobre lo que está planteando? sientes que no es necesario que utilice este tono de voz y echas de menos más detalles en la petición de tu interlocutor?
En una reunión de trabajo, no entiendes la pérdida de tiempo de algunos compañeros de trabajo mientras hablan de las maravillas del fin de semana, en vez de hablar del motivo por el que se ha convocado la reunión. Te desespera que encima no haya un claro orden del día y no se acompañen los argumentos con documentos que den soporte a las acciones realizadas.
Siempre que hablo con el responsable de este departamento me pone de mal humor. Sólo hace que poner palos a las ruedas, poniendo objeciones a todo lo que le pido. Al menos podría ser más simpático y sonreír de vez en cuando, ¿no? Me desesperan las personas así. Debería venir a mi departamento un día y ver que el trabajo es algo más que papeles y papeles.
No entiendes porqué duran tanto las reuniones. Con lo fácil que es centrarse en los puntos importantes, consideras una pérdida de tiempo tener que dar tantas explicaciones hasta llegar a la conclusión final. No es que te parezca mal el reconocimiento al equipo, pero no hace falta tomarse más tiempo del estrictamente necesario.
Si has leído los párrafos anteriores, seguramente te identificaras con algunos de los personajes o situaciones descritas. Partiendo de la base que todos somos diferentes, la realidad es que cada uno de nosotros tenemos una manera preponderante de comunicarnos y relacionarnos con los demás, que encajan en uno de los cuatro perfiles definidos en el modelo Bridge, de comunicación relacional.
Conocer estos perfiles e identificar a nuestro interlocutor con uno de ellos, nos lleva a conocernos mejor, a ser más empáticos y, en consecuencia, mejorar la comunicación con las personas que nos rodean. Conocer el perfil de comunicación relacional de tu interlocutor puede evitar la malinterpretación de sus mensajes. Admitir y aceptar los rasgos que quizás no poseemos, pero que nos pueden complementar, hace por otro lado, que seamos mejores.
Si llevamos el modelo a nivel de la empresa, podemos realizar el “mapa” de la Comunicación relacional de nuestra empresa. El resultado de un test previo y sencillo que se hace a todos los participantes, nos da el perfil de cada uno. Si sobreponemos cada uno de los perfiles en una matriz, obtendremos el mapa de la comunicación relacional de la empresa. Un mapa muy útil para entender las diferencias existentes, pero sobre todo, para convertir estas diferencias en oportunidades de mejora.
Cuando en UNDATIA realizamos un curso de Comunicación relacional, exploramos a fondo el modelo Bridge y lo ponemos en práctica con el grupo, a través de técnicas de role play. Todos los participantes obtienen el resultado de su test, que se envía previamente, y se confrontan las diferencias entre los miembros del grupo.
La aplicación práctica del curso, a la realidad, es inmediata. Nos sirve tanto para nuestra vida personal como la profesional. Por ejemplo, para los miembros del departamento comercial. En la medida que en los dos primeros minutos de una entrevista tengamos las pistas suficientes para identificar el perfil de nuestro interlocutor, podremos adaptar nuestro mensaje a su estilo relacional y como consecuencia tendremos mayores posibilidades de tener el éxito deseado, esto es, ¡cerrar una venta!