El papel de las redes sociales en la crisis del COVID-19
La red de Zuckerberg nació en 2004 y Twitter lo hizo en 2006. La crisis del coronavirus ha llegado, pues, cuando las redes ya forman parte activa de nuestra sociedad. Para quienes pensaban que la comunicación virtual era una cosa del futuro, habrán comprobado durante esta crisis que estaban equivocados. Lo cierto es que los contenidos en las redes se han convertido, durante este confinamiento, en nuestro medio para informarnos, para reírnos, para expresarnos y para comunicarnos con nuestros seres queridos. Podemos encontrar de todo, eso sí. Mensajes oficiales, mensajes racionales, rumores y mentiras que solo pretenden intoxicar y desinformar. Todo mezclado.
Durante estos dos meses, que nunca olvidaremos, las redes sociales y la fuerza de los contenidos digitales han demostrado que tienen una parte muy positiva que muchos se habían negado a aceptar por su miedo al cambio. Hemos visto como los profesionales sanitarios nos han pedido que nos quedemos en casa con emotivos vídeos, como los vecinos se han unido para aplaudir en sus balcones o como se han organizado incontables acciones solidarias. Imágenes que nos han hecho sentir más cerca, los unos de los otros, y que nos han ayudado a experimentar ese sentimiento de unión y de empatía tan necesario en momentos de crisis.
Además, las redes sociales también han ayudado a agilizar las acciones solidarias, que hubieran sido más lentas y mucho menos eficientes, sino hubieran contado con la inmediatez digital. Los representantes políticos y los medios de comunicación también las han utilizado como el canal primordial para comunicarse con la sociedad. Los sanitarios -uno de los sectores más perjudicados de la crisis- las han empleado no solo para exponer su precaria situación, sino para exigir responsabilidades.
Así, durante estos dos meses, analistas, médicos e investigadores han visto como su número de seguidores en las redes ha aumentado de forma considerable por el ansia de información de primera mano de buena parte de la sociedad. Nunca nos hubiera pasado por la cabeza que las redes –durante este triste confinamiento- sirvieran para socializar entrenamientos en directo, sesiones de manualidades, recetas caseras, charlas y conferencias…
Si algo ha evidenciado esta crisis es que el mundo virtual no solo no es un enemigo, sino que puede convertirse en el mejor aliado para acercarnos y luchar contra una pandemia mundial. Debemos hacer un buen uso de las redes y saber seleccionar e interpretarlas, pero esto ya sería motivo de un nuevo post.