Vale más un vídeo que mil imágenes
El S. XXI es, indudablemente, el siglo de la imagen. Internet nos ha permitido (obligado) a crearnos una identidad digital para proyectarnos al mundo tal y como somos o, mejor dicho, tal y como queremos que nos vean. Esto ha tenido grandes repercusiones tanto a nivel individual como, sobre todo, desde el punto de vista corporativo.
Después de un período de introspección en el que todas las empresas han tenido que vivir para repensarse y decidir de qué manera querían posicionarse a nivel online, de la noche a la mañana todas ellas han tenido que ir llenando de recursos las ventanas que la World Wide Web les iba abriendo. Primero las webs y, a continuación, una larga retahíla de redes sociales.
Fruto de la evolución natural de Internet y, sobre todo, de la realidad tecnológica del momento, los primeros contenidos que inundaron la red fueron los textos, seguidos por las fotografías. Pero con las mejoras técnicas y de conectividad, los vídeos se han acabado convirtiendo en dominadores indiscutibles del ciberespacio.
Para saber por qué el audiovisual se ha convertido en el mejor recurso para mostrar tu empresa al mundo, aquí van unos cuantos argumentos:
- El mundo es audiovisual. Puede parecer muy obvio pero ¿qué mejor forma de explicarnos puede existir que la que utilizamos habitualmente para comunicarnos?
- Transmite los valores y la identidad de la empresa. El gran potencial narrativo de los vídeos los convierte en un instrumento idóneo para llegar al espectador. No sólo desde la razón sino, sobre todo, desde los sentimientos. Además, gracias a recursos como el grafismo o la animación es mucho más fácil hacer tangibles ideas o conceptos abstractos y que de otra manera serían muy difíciles de comunicar.
- Ayuda a diferenciarte de la competencia. Precisamente por su gran capacidad para transmitir qué es y cómo es tu empresa, el vídeo es un recurso muy útil para marcar diferencias con tus competidores.
- Posicionamiento SEO. Youtube es el segundo buscador más utilizado del mundo y sus vídeos se posicionan muy bien en Google (el primero). Además, los usuarios pasan más tiempo en las páginas con contenidos audiovisuales, lo que también ayuda a escalar posiciones en las listas de resultados. Así pues, nada mejor que un vídeo para ganar visibilidad en la red.
- Capacidad de viralización. Pocos recursos se comparten tanto en Internet como los vídeos. Por lo tanto, si jugamos bien nuestras cartas, podremos multiplicar de forma exponencial el impacto de nuestro audiovisual (y, por lo tanto, el conocimiento de nuestra empresa) sin que ello nos suponga un gran gasto.
- Versatilidad. Los vídeos corporativos pueden utilizarse en múltiples emplazamientos y contextos: en la página web, en las redes sociales, en una presentación ante un cliente, en un stand de una feria de exposiciones, etc.
- Precios muy razonables. La evolución tecnológica en el ámbito audiovisual de los últimos tiempos permite que, a día de hoy, hacer un vídeo corporativo de calidad profesional esté al alcance de todas las empresas y bolsillos.
Si con todos estos argumentos aún no estáis decididos a hacer un audiovisual para promocionar vuestro negocio, no sé de qué otra manera puedo convenceros... O quizás sí: haciéndoos un vídeo.