¿Cómo comunicar un cambio de marca?
Todos hemos oído alguna vez aquello de “renovarse o morir”. Y es que se trata de una afirmación categórica que se puede aplicar a muchos ámbitos, y las marcas no son una excepción.
En un mundo en el que la apariencia es cada vez más importante, las marcas deben ser capaces de representar unos valores, transmitir unos ideales y conectar con su público.
Pero eso no se puede conseguir solo con un cambio estilístico. Sin duda, hacer un lavado de cara al diseño de nuestra marca nos puede servir para modernizarnos, para adaptarnos a los nuevos tiempos e, incluso, para incorporar un nuevo lenguaje. Ahora bien, como cualquier acción que llevamos a cabo, la comunicación se convierte en una aliada imprescindible; si no explicamos este cambio de marca a todos nuestros públicos, además de perder impacto, podemos generar confusión o, aún más, una desconexión con nuestros grupos de interés.
Decirlo es muy fácil, pero, ¿cómo debemos hacerlo para comunicar estos cambios? Aquí os dejamos algunas ideas:
- Implicar a los nuestros: Este parámetro es válido para cualquier acción de comunicación, pero, en este caso, se convierte en un aspecto imprescindible. El equipo de profesionales debe ser el primero en conocer el cambio de marca y, en la medida de lo posible, debe participar activamente de esta renovación. Resulta fundamental que la plantilla se sienta identificada con la nueva marca, que la comparta y también que sea capaz de explicarla y de representarla. No podemos olvidar que, al fin y al cabo, los integrantes del equipo son nuestros embajadores de marca y, por tanto, deben sentirla como propia.
- Elaborar un relato sólido: El cambio de imagen no se puede basar únicamente en un cambio de logotipo ni se puede sustentar en razones puramente estéticas. Es por ese motivo que debemos generar un relato consistente y coherente que sostenga esta nueva imagen y que ligue la marca a nuestros valores y a nuestra apuesta estratégica como empresa. De esta manera, la marca ganará consistencia y nos resultará más sencillo y eficaz conectar con nuestros públicos. Una buena opción para explicar este nuevo relato es crear un vídeo explicativo o un site específico que llegue a los diferentes públicos.
- Adaptar las comunicaciones al nuevo relato: Todo cambio de marca implica también una renovación de nuestros materiales de comunicación. Presentaciones, documentos, firmas de correo electrónico de la plantilla, etc. Una vez hemos decidido renovar nuestra marca, no podemos quedarnos a medio camino; debemos llegar hasta el final, y eso implica no solo hacer un cambio de logotipo sino también adaptarnos al nuevo relato, integrando el discurso y el nuevo lenguaje a todos nuestros soportes.
- Las redes sociales: nuestras aliadas. El entorno digital y, especialmente nuestros perfiles de redes sociales, nos pueden ser gran utilidad a la hora de mostrar y de explicar el cambio de marca. Generar expectativa, crear un relato y una imagen atractiva y coherente en estos canales, puede ser una manera efectiva y rápida de comunicarlo a nuestros públicos y clientes. Además, es también un espacio en el que podemos recibir feedback de nuestra comunidad, conocer sus perspectivas e interactuar con ella.
- Aquello que no cambia. Hacer un cambio de marca no significa romper con el pasado ni renunciando a él. De hecho, seguramente, aquello que queremos es mantener la reputación y la experiencia adquirida. Además de explicar la nueva marca, también debemos poner en valor aquello que no ha cambiado, aquello que mantenemos y que continúa formando parte de nuestra esencia como organización. De trata de aprovechar los aspectos positivos que ya tenemos asumidos e integrarlos a los nuevos activos.
En definitiva, la comunicación y la planificación previas son indispensables para que el cambio de marca nos ayude a conseguir nuestros objetivos y sea realmente efectivo.