¿Estamos más conectados, pero menos comunicados?
No es ningún secreto, el teletrabajo ha venido para quedarse. Desde que muchas empresas se vieron obligadas a implementar esta medida a raíz del confinamiento y de la crisis de Covid-19, son muchas las organizaciones que han descubierto las bondades de este modelo y que han decidido mantenerlo o apostar por combinarlo con la presencialidad de la plantilla. Sin duda, este nuevo escenario nos plantea retos a muchos niveles; también en comunicación interna.
Aunque está claro que existen infinitas herramientas para hacer reuniones o para editar documentos al momento en remoto, es también evidente que se pierde buena parte de la comunicación informal y de las relaciones interpersonales del día a día. Los cafés con los compañeros, las reuniones improvisadas para abordar algún tema o las dudas que de manera mucho más sencilla se pueden resolver charlando con las personas que tienes alrededor. Estas anécdotas que pueden parecer superfluas a priori, son, a menudo, lo que ayuda a cohesionar los equipos y a tejer un espíritu compartido para remar en la misma dirección.
Desde los departamentos de comunicación y de Recursos Humanos debemos plantear soluciones y poner a disposición de la plantilla herramientas útiles para evitar que este nuevo contexto perjudique la buena sintonía del equipo. Quizás las mejores opciones son aquellas que, de manera menos invasiva y más cómoda, pueden integrarse y substituir, de manera eficaz, esas conversaciones de pasillo. Desde instaurar herramientas colaborativas y que permiten comunicarse de manera pública o privada entre los trabajadores, hasta instaurar breves charlas informales entre personas del departamento, el recorrido para impulsar estas relaciones es muy variado.
Un buen ejemplo de ello son los cafés de las 10:00 h. En Undatia Comunicación cada viernes nos conectamos por videoconferencia sin un orden del día preestablecido y con el único fin de ponernos al día y de compartir dudas e inquietudes. En estos encuentros breves – no suelen durar más de una hora–, hemos podido comprobar la eficacia de plantear alguna cuestión en voz alta, de intercambiar perspectivas o de pedir opinión sobre alguna acción en la que estamos trabajando. Existen muchas fórmulas posibles que, por supuesto, deben adaptarse a la realidad de cada equipo y a sus circunstancias: la disponibilidad, los horarios, el tamaño de la plantilla, los diferentes cargos y organigrama de la organización, etc.
Lo más importante es, al fin y al cabo, buscar la fórmula que mejor encaje en tu equipo y garantizar que, en este momento en el que estamos tan conectados, también estemos bien comunicados.