No solo de habilidades comunicativas vive el portavoz
A la hora de decidir quién será el portavoz de nuestra empresa o institución, generalmente lo hacemos en función de dos baremos: que sea un buen comunicador, es decir, con buenas habilidades comunicativas, o por el cargo que ocupa, sin valorar estas habilidades.
Sea por una u otra razón, los portavoces tienen que estar bien preparados para emitir mensajes coherentes con la estrategia de comunicación y los valores que representa. Si no es así, los mensajes pueden resultar confusos y la reputación de la empresa o institución se puede ver afectada. Por lo que no solo es importante comunicar bien, sino tener claros los mensajes a transmitir. En estos casos, una buena formación en habilidades comunicativas soluciona ambas cosas: tener un mensaje claro y estructurado y transmitirlo de manera eficaz.
Pero un buen portavoz requiere, además, de la destreza de saber comunicar los mensajes a los medios de comunicación. Conocer y entender cómo trabajan los periodistas es fundamental para trasmitir con más claridad los mensajes y facilitarles su trabajo, y convertirse así en un buen referente. Esto significa que el portavoz debe conocer las técnicas y el funcionamiento de los diferentes medios de comunicación (prensa, radio, televisión y digitales) y los géneros periodísticos (declaración, entrevista, rueda informativa…) para adaptarse a cada formato y ser lo más eficaz posible. Comprender las mecánicas de trabajo de los medios de comunicación y las pautas para una adecuada presencia facilitará al portavoz como adaptar el mensaje para que sea mucho más efectivo. En definitiva, una buena formación ayuda al portavoz a ser un comunicador eficaz también ante los medios de comunicación.
Un buen portavoz debe tener muy bien identificado cuál es el mensaje clave en cada intervención y comunicarlo de manera clara y concisa. La formación ayuda a empresarios y directivos a comunicarse mejor y a entender los intereses de los periodistas para sacar el máximo provecho de las apariciones en los medios de comunicación, no solo para evitar errores, sino para saber comunicar adecuadamente los mensajes.
Pero, sin duda, una de las situaciones clave para identificar el buen portavoz es salir airoso de las preguntas incómodas de los periodistas. Es en estas situaciones cuando se valora el papel de esta figura que representa la imagen y la reputación de la compañía o institución. Mucho más exigente cuando se trata de ser el portavoz ante una situación de crisis donde, en muchas ocasiones, la percepción que genera el portavoz es clave para transmitir credibilidad y confianza o, por el contrario, denotar inseguridad, falta de organización y, en consecuencia, una mala reputación.
Detrás del éxito de un buen portavoz siempre hay una buena preparación y mucho entrenamiento. En Undatia Comunicación hemos formado a muchos portavoces para estar preparados ante los medios de comunicación y, cada día más, formamos a portavoces para salir airosos de situaciones conflictivas ante públicos exigentes.
Las habilidades comunicativas son importantes, sí; pero también lo es sacar partido a las intervenciones en los medios de comunicación o en situaciones conflictivas. Así que, no solo de habilidades comunicativas vive el portavoz.