La consultoría de comunicación. ¿Y esto qué es?
Hace 7 años que me dedico a la consultoría de comunicación y, en estos momentos, juraría que mi entorno familiar y de amistades todavía no sabría explicar en qué consiste mi trabajo. Teniendo en cuenta esto, no está de más dedicar un post a intentar esclarecerlo para todos los públicos.
La asesoría en comunicación engloba muchos aspectos. No se centra en una tarea concreta, sino que suele abarcar toda la actividad de una empresa o institución de forma transversal, partiendo de la base de que todo comunica. Hay aspectos más fáciles de otorgar a esta parcela, como la redacción de notas informativas para enviar a los medios de comunicación o la relación con los periodistas, pero hay muchas otras que pueden estar incluidas a partir de las capacidades profesionales o intereses del consultor/a. Un ejemplo es la gestión de las redes sociales (más atribuida al community manager), la elaboración de discursos, la organización de eventos o la formación en comunicación. Todo, en un universo de capacidades que es fácil mezclar si se mira desde fuera y, sobre todo, desde ámbitos alejados a la comunicación.
A esta confusión intrínseca de la profesión, se añade el recelo de algunos compañeros periodistas que trabajan en los medios de comunicación por estar “al otro lado”, como si esto supusiera querer engañarles.
Un/a consultor/a en comunicación suele tener dos ramas de formación base: periodismo o publicidad y relaciones públicas. Sobre este primer escalón se suman especialidades concretas para abrazar las diversas necesidades, pero, sobre todo, debe añadirse la capacidad de asesorar. Y asesorar no significa ser especialista en todo ni tener todas las respuestas, pero sí ser capaz de dar respuesta a todas (o casi todas) las dudas y consultar las mejores fuentes para aportar soluciones fundamentadas a los problemas o retos, partiendo de la base de que la comunicación no son matemáticas.
La consultoría de comunicación es un servicio intangible que, des de fuera, cuesta valorar. Necesita un ingrediente básico, la confianza, y un cierto recorrido de arranque precisamente porque la confianza no se obtiene de un día para otro. Pero... ¡cuando se obtiene y la relación fluye, surge la magia y se pueden conseguir sinergias muy interesantes y valiosas!