Piensa en tu público
Uno de los errores más comunes a la hora de preparar una intervención -ya sea una presentación de empresa, unos resultados trimestrales o una conferencia sobre un tema concreto- es no tener en cuenta al público.
En mi experiencia como formadora en comunicación, asesoro, asisto y acompaño en la preparación de intervenciones, y uno de los aspectos en los que tengo que hacer mayor énfasis, durante las sesiones, es recordar a los portavoces los intereses de su audiencia.
Por supuesto, todos valoran la importancia que tiene conocer al público, pero no es suficiente saber si son clientes, empleados o público en general. Para que nuestro mensaje llegue al receptor, también debemos tener en cuenta qué esperan de nuestra intervención, qué percepción queremos generar y qué recursos vamos a utilizar para hacernos entender. Y convencer.
Seguro que, en más de una ocasión, ante una intervención presencial o a través de los medios, os habéis parado a pensar: “Realmente, ¿qué me están intentando comunicar?” Cuando nos formulamos esta pregunta es que lo que oímos nos aburre; dejamos de prestar atención y… el teléfono móvil se convierte en nuestro atractivo principal.
¿Qué recomendamos desde Undatia Comunicación? Preparar la intervención con el foco puesto en las personas que nos van a escuchar, en función de lo que los receptores entenderán y, por tanto, nos tenemos que poner en su lugar. ¿De qué sirve presentar la evolución del negocio en reuniones trimestrales si lo que hacemos es recitar cifras y más cifras en un PowerPoint con gráficos sin descifrar? ¿No sería más interesante expresar de palabra lo que representan las cifras, más allá de los simples números? Claro que, esto, exige mucho más esfuerzo que insertar gráficos en un slide. Exige un esfuerzo de comunicación, de preparación, de lanzar un mensaje concreto y de brindar argumentos y ejemplos para que el receptor lo entienda. Es decir, pensado en las personas que nos escuchan. Adaptando el vocabulario para conseguir la cercanía y la comprensión del público. Si utilizamos un argot determinado o un lenguaje muy técnico, puede ser que determinado público no nos entienda. Debemos saber traducir a la audiencia esos términos, si ésta no es especializada. Al final, lo importante es lo que el receptor entiende, no lo que el emisor dice. Y, demasiadas veces, las intervenciones se preparan sin tener en cuenta esta premisa.
También debemos observar el factor tiempo, cuando la intervención. Siempre es mejor ser concisos y no agotar el tiempo establecido. Recuerda: una buena presentación no es fruto de la casualidad, sino de una buena preparación. Debe parecer que improvisas, cuando realmente esa “improvisación” está muy trabajada.
Por ello, si quieres comunicar, piensa en tu público.